JOE DELGADO








“Recorro cada centímetro del corazón, espulgo cada cavidad viviente”




EL SILENCIO DEL CUERPO


“El peor pecado es amar”.


I

La mirada de la noche se retuerce
Ante tu abúlica presencia
Porque sabe de los desbandes.
Algunos sueños parchados
Se escapan de las manos.
El abrigado engaño se despoja
De sus prendas de papel gastado.
Y tú, ahí, sin nada que decir.

(Los desvaríos trastornan,
Enloquecen a la razón.
El silencio me enferma.
La paciencia huye de las manos).



II

El frío golpea al rostro dormido,
Quejándose del obsceno silencio de tu lengua.
Hay pájaros que todavía conviven
En el ardiente nido de la noche.
Las sombras se posan en los párpados
Como queriendo fornicar con los sueños desatados.
Los deseos se vuelven incoherentes y vacíos.
Y tú, ahí, sin nada que hacer.

(La sonámbula quietud,
Mezclada de turbias indiferencias,
DESESPERRA.
La ciega noche me empuja a ti,
Nos embiste.
Ahora, dejo de ser el mismo).



III


La lluvia azota recuerdos plomizos
Envueltos en pálidas divagaciones.
Dejo de soñar.
La frenética luz se precipita en el mar callado
De mis embriagados días.
Y las sombras, ahí, quietas, pensativas, partidas,
Esperando el momento de apoderarse
Del fenecido pensamiento.

(El grito se escapa de tu boca.
El filoso cuerpo escondido
Penetra en cada poro.
El corazón deja de respirar).


IV

Dime, despierta del profundo sueño eterno,
¿crecerá la cantuta en el descuartizado corazón?,
¿será la palabra mordida la de otros tiempos sudorosos?,
¿dejará el amor de ser torcido como el llanto?,
¿volveremos a soñar con nuestros cuerpos deshojados?
Las sombras que duermen en la mirada azul
Profanaron promesas de una turbia tarde de abril.



(El amado cuerpo yace enquistado
En el pudoroso suelo
Bañado de sangre y suspiros vagos.
El silencio del cuerpo…
…es mi sileeencio).






WAÑUY PACHA




I


Luceros vigilantes en el umbral de la oscuridad
La noche fue una penumbra
Un vómito mal aireado
“siniestras sombras reptaban en las calles”
La mirada turbia rompía noches durmientes
Nos ardía la oreja
El rumor del viento…rumor sombrío.

Manos turbulentas en el umbral de la oscuridad
El sueño plomizo fue un mal augurio
Oscuro presagio en el aire nocturno
Muerte sembrada en las paredes
El aliento de la noche se volvía denso
Los perros aullaban
La luz expiraba
Desde la inquietante oscuridad.


IV


Las horas cautivas se movían ensangrentadas
A esa hora apagada, siniestra,
Maculada de sangre
Un hombre mordía el polvo adolorido.
La modorra se hacía más opaca
Los balazos alteraban sueños placenteros.

Hombres deshumanizados
Destazadores de sueños furtivos
Jugaron como niños a nuestras espaldas
El infierno estaba en medio del paraíso.


XIII

Aquí han matado gente
El lamento de pueblos en agonía
Se hace sentir.
Hombres dolientes, desdichados, ausentes
Hijos asesinados, mujeres violadas,
Cuerpos despedazados
Niños huérfanos dispersados
Sueños sujetados, doblados,
Desgarrados, par-ti-dos, devorados.

Casas mezquinas, calles vacías
Casi todos se han ido
Hogares de vidas consumidas, eclipsadas,
Destruidas,…
Los ojos del pueblo se deshacen en lágrimas.


XVIII


Silencio atravesando distancias
Quebrada de cuerpos apagados
Burdel de cadáveres roídos por el tiempo
Sonido de carne
Acuarela de sangre
Superficie de voces calladas.

Plenitud de cuerpos eclipsados,
“devorados por el tiempo”
Cementerio clandestino de huesos
Vidas destruidas.

PAZ perecedera, retorno en el tiempo
Cosecha de cuerpos mutilados
Cosecha de huesos carcomidos.

(de: Wañuy pacha-tierra de muertos)




































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